Es una de las preguntas más comunes, sobre todo en personas que recién empiezan a hacer ejercicio y su objetivo inmediato es conseguir perder peso lo más rápido posible. Uno de los grandes falsos mitos que se escuchan es el de que «cuanto más sudo, más grasa pierdo». Pues no tiene casi nada que ver, a pesar de que pueda parecer lo contrario.
¿QUÉ ES EL SUDOR?
La sudoración es un mecanismo de nuestro cuerpo mediante la cual el organismo regula su temperatura. Básicamente porque la temperatura de nuestro cuerpo aumenta y comienza a segregar agua con sales minerales a través de los poros de la piel para refrigerarse.
Poco tiene que ver con el hecho de quemar grasa. Además, hay que tener en cuenta que cada persona es diferente, y que no todos sudamos del mismo modo o en la misma cantidad. Esto va a depender de diversos factores como sexo, el clima, estado físico, peso, etc.
¿PERO ENTONCES SUDAR NO ADELGAZA?
Al sudar estás eliminando agua de tu organismo, por lo que sudar mucho puede contribuir a la pérdida de peso, peso que recuperarás en cuanto vuelvas a hidratarte.
Por tanto, el sudor es un proceso natural y fundamental que se da sobre todo por el esfuerzo físico que le demandamos, de modo que comenzamos a sudar para refrigerarnos. ¿Estaremos «quemando» grasa? Es posible, pero debido a la actividad física, y no de la cantidad de sudor que produzcamos.
Así que, te puedes ir olvidando de las famosas fajas de las televentas, las pastillas termogénicas, los geles calientes y muchos productos más que te venden como mágicos e ideales para sudar y «quemar» grasa sentados en un sofá. No te creas todo lo que ves en redes sociales y en televisión.
Ahora ya lo sabes: Más sudor no tiene por qué ser igual a más grasa perdida ni a más esfuerzo, sino a una mayor temperatura del cuerpo y a una mayor necesidad de refrigeración.